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sábado, 18 de abril de 2009

Yo no fui


He sido progenitor de mis sueños convulsos, de mis dolores de muelas y oídos, de mis toses y cojeras, de mis ataques de pánico y mis taquicardias. He reconocido mi complicidad con los homicidas de palomas, con los aburridos lectores inconclusos, con los viajeros sin destino, con los hipócritas que se valen de mentirillas. Se que por mas que lo intente, no llegaré a tiempo para decirte lo que te amé y lo que guardo de amor en mi silencio. Me cuesta arrepentirme, arrodillarme, perdonar, por lo que descarto que no estoy en condiciones de pedir perdón. Ha pasado mucho tiempo, corrido mucha agua bajo el puente y sin embargo no se como hacer para recomponer el aliento, reírme de mis fracasos, comenzar de nuevo con una sonrisa fresca recién parida. Tengo demasiadas premisas y muchos recuerdos, se que los olvidos no requieren demasiado esfuerzo y los antojos no siempre resultan fáciles de complacer. No se cuales son las diferencias sustanciales, entre ser bueno y ser decente, entre ser católico o musulmán, entre ser creyente o ateo, entre ser idiota o mitómano; lo que si tengo claro es que puedo ser un poco de todo para no aburrirme de mi y seguir buscando la puerta de salida.
Quise que todo fuera distinto, sin embargo la realidad no me convenció de que fuese lo correcto, me mostró que los caminos mas cortos resultan ser los mas seguros pues aún con el riesgo que presentan, son los que mas tiempo ahorran a la hora de desandarlos.
Esta carta no pretende estremecerte hasta las lágrimas, entristecerle la cara a tus recuerdos, argumentar tu soledad y la mía, hacerte saber lo que pienso y lo que pensaba, tampoco hacerte pensar en tu futuro. Solo pretendía hacerte saber que yo no me comí tu parte del postre, porque no me gustan las cerezas

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