duelen

Llueve

sobre nuestro silencio,
sobre el rincón oscuro,
sobre la dicha ajena
de este confín del mundo.

Llueve
sobre los grises muros,
sobre jardines rotos,
sobre la angustia de ellos
y la de todos nosotros.

Llueve
sobre las tristes muecas,
sobre calles desiertas,
sobre plazas vacías,
sobre cabezas huecas.

Llueve,
llueve sobre mojado,
sobre el tiempo perdido,
sobre lo mal cuidado,
sobre lo bien parido.

Llueve
sobre lo permanente,
sobre lo indefectible,
sobre lo incongruente,
sobre lo indefinible.

Llueve
y a pesar de ello somos
la mitad de algún otro,
que es mitad de si mismo
y de todos nosotros.