
He pasado el calor que abunda en todas partes
y el sopor en el que todos nos sumimos,
he visto el frío de la muerte rondando nuestro entorno
y el de ellos y el de otros más acá o más allá de nuestra suerte.
He sufrido la sed que todos los demás tenían
frente a mi agua de 300 catalana y transparente,
quise descalzarme igual que ellos, correr a ninguna parte;
sin embargo, sabía que les sería mas útil con zapatos.
Les miré a los ojos de un negro tan intenso
y en cada cruce de miradas me arrebataron algo,
o simplemente se me cayó dentro de aquella oscuridad
tan profunda como la noche en la que viven.
No soy más sabio ni menos tonto que la media,
sólo tengo más millas, más años, más lágrimas
repartidas entre el corazón, la cabeza y el estómago
y he mirado al mundo desde una esquina diferente cada vez.
No tengo apegos que detengan mis pasos
y creo firmemente en el camino
constructor de mis sueños y desdichas;
redibujo día a día mi destino.
Voy como el viento a todas partes sin quererlo
y no importan las razones que me obligan,
soy cosecha de mi última osadía,
apenas el suspiro que resta de mi vida.
Sospecho que el anciano dibujado en el espejo
no me estaba saludando cortésmente,
se burlaba de todas mis arrugas entrecanas
y la gloria de una historia transparente.
Bonito día el de hoy, de vuelta en casa
abriendo los paquetes de regalo,
la ventana me confunde con celestes
casi iguales y distintos sin embargo.

y el sopor en el que todos nos sumimos,
he visto el frío de la muerte rondando nuestro entorno
y el de ellos y el de otros más acá o más allá de nuestra suerte.
He sufrido la sed que todos los demás tenían
frente a mi agua de 300 catalana y transparente,
quise descalzarme igual que ellos, correr a ninguna parte;
sin embargo, sabía que les sería mas útil con zapatos.
Les miré a los ojos de un negro tan intenso
y en cada cruce de miradas me arrebataron algo,
o simplemente se me cayó dentro de aquella oscuridad
tan profunda como la noche en la que viven.
No soy más sabio ni menos tonto que la media,
sólo tengo más millas, más años, más lágrimas
repartidas entre el corazón, la cabeza y el estómago
y he mirado al mundo desde una esquina diferente cada vez.
No tengo apegos que detengan mis pasos
y creo firmemente en el camino
constructor de mis sueños y desdichas;
redibujo día a día mi destino.
Voy como el viento a todas partes sin quererlo
y no importan las razones que me obligan,
soy cosecha de mi última osadía,
apenas el suspiro que resta de mi vida.
Sospecho que el anciano dibujado en el espejo
no me estaba saludando cortésmente,
se burlaba de todas mis arrugas entrecanas
y la gloria de una historia transparente.
Bonito día el de hoy, de vuelta en casa
abriendo los paquetes de regalo,
la ventana me confunde con celestes
casi iguales y distintos sin embargo.
Uff!! de nuevo en casa un abrazo y perdón por la tardanza, os prometo ponerme al dia con la lectura
ResponderEliminarHasta luego.
Después de pasar muchos días
ResponderEliminarpor delante de tu casa, hoy
he descubierto movimiento,
veo que estuviste ausente,
pero que llegas con un morral
lleno de emociones y regalos.
No te aflijas compañero
que para todos hay un espejo
que se burla y no saluda
cortésmente.
Me alegra tu vuelta.
Un gran abrazo
Me gustan tus escritos.
ResponderEliminarMe quedo leyendote
Son tus zapatos alas en mis ojos, siempre tan diferentes entrelazados en alma y olvidados, oh dolor entre nubes de artificio... Creo en el camino amigo, tu bello camino emocionado.
ResponderEliminarAbrazos.
volver, siempre volver es un regalo
ResponderEliminarsaludos
druida
Qué bueno encontrarte... con un poema maravilloso que habla del esfuerzo, de osadías, de espejos y de regalos transparentes.
ResponderEliminarUn abrazo, Cuentapasos!