Qué haremos?

Qué haremos con tanta duda,

con tanta noche y silencio?

¿Qué haremos con tanto olvido,

que nos reemplaza el recuerdo?

¿Qué haremos con la sonrisa,

si prevalece el encierro?

¿Qué haremos con nuestros ojos,

si nos limitan el cielo?

¿Qué haremos con la ternura?

¿Qué haremos con la inocencia?

¿Qué haremos con las preguntas,

si no encontramos respuestas?

¿Qué haremos con tanta duda,

con tanta noche y silencio?

¿Qué haremos con la sonrisa,

si prevalece este encierro?

¿Qué haremos con la ternura?

¿Qué haremos con la inocencia?

¿Qué haremos con tanta farsa,

si explota nuestra paciencia?

No puedo, no quiero ni querría

Hoy no tengo más ganas que las tuyas
de encontrarle respuesta a las preguntas.
Hoy no puedo como ayer vos no pudiste
derrotar a mano limpia las angustias.

Sé que no es posible sin este derrotero
ganarle la partida a todos nuestros miedos,
insisto por si acaso, confiado en que podría
atarme fuertemente al hilito de la vida.

Pretendo sin más culpa que la siempre compartida,
entiendas que no puedo, que no quiero, ni querría
condenarte a mis encierros, a mis noches y mis días
a pequeñas esperanzas tan rotas y baldías.

Te duelen mis certezas, los delirios de mi enojo
el cansancio de mi otoño y lo enjuto de mis ojos,
acusas mi silencio, el dolor que descompone
un sueño mal parido a la orilla de mis noches.

Por eso te he querido desde ayer hasta el futuro
y me opongo a resignarle el lado claro al lado oscuro,
a ponerme de rodillas, a llorar sin más opciones,
suplicando sin distingos a los tontos santurrones.

Por cuenta propia y deshojadas margaritas

Tengo un sujeto para tu predicado que está lleno de adjetivos
y un verbo sin conjugar para tu silencio que espera impaciente.
Tengo un tiempo indefinido esperando a que te animes y sonrías
y un pretérito pluscuamperfecto pretendiendo hacer historia.

Tengo un día de tormenta para cobijarte en un abrazo
y un sol radiante que ilumine tu verde mirada sorprendida.
Tengo las nubes esperando para que la lluvia no te moje
y a las estrellas encendidas para que te guíen en la noche.

Tengo un cuento sin final que continuamos escribiendo
y un versito que no sabe de estructuras y de métodos.
Tengo un desencanto apresado bajo siete llaves
y un desarraigado miedo a que me olvides.

Sé por cuenta propia y deshojadas margaritas
lo mucho te quiero , lo mucho que me amas,
tengo la suerte necesaria para el resto del camino
porque sé cuánto me quieres y cuánto te he querido.

Gracias

Gracias " Cantora"

Yo sé de un sur, más al sur del sur
y de tormentas en un cielo interminable,
reconozco el futuro a la vuelta de la esquina
y una historia arrebatada con la sangre.

Yo sé de amores y tristes despedidas,
del viento helándote hasta el alma,
del sueño que reniega del cansancio,
del tiempo que desgarra nuestra calma.

Yo tengo la tristeza que agobia su mirada
y sufro en este invierno que ajusticia a los mas viejos,
yo sé de suertes que no nos encontraron
aunque era nuestro rostro el de todos los espejos.

Supe por si acaso guardarme alguna lágrima
para las alegrías y los días mas felices,
un poco de ternura que curase las heridas
y todos los recuerdos ya vueltos cicatrices.

Sostengo la certeza de los sueños no cumplidos,
mantengo en la vigilia el celo y la memoria,
guardo la esperanza que tengo desde siempre
confiándole al futuro los parches de la historia.

He visto

He amado sin consistencia
con el dolor de no estar,
con la impaciencia de no ser,
con la verdad crucificada.

He creído que tu me amabas
de igual manera y más,
sin el menor sentido de ese riesgo
sin percepción de culpa alguna.

Todos opinaron a su entender,
todos pusieron y sacaron adjetivos,
conjugand0 los verbos a su modo,
estimando los avances de su obra

Tenían los prejuicios asignados,
sus odios repartidos entre todos,
sus abismos y sus glorias sin altares,
sus pecados asumidos para siempre.

He visto cuánta pena nos dejaron
sabiendo cuanto daño nos harían,
cuánto sudor en el regazo de la angustia,
cuánta lágrima en el cuenco de las manos.

He visto florecer tu sonrisa desde una mueca
y eso me basta, me anima y reconforta
tu serás para siempre mi princesa
y yo el despintado muñeco de tu torta.